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¿16 meses y aún no camina? … O la suerte de tener una hija prudente

bebe no camina a los 16 meses

Este artículo también está disponible en: Catalán

Nuestra mayor tardó 16 meses en dar sus primeros pasos y, sus padres, que ya habíamos escuchado a los 8 meses eso de… “ya se pone de pie, en nada camina” – nos lo tomamos todo con mucha filosofía.

Tengo que confesar que en la guardería nos ayudaron porque no le dieron ninguna importancia;  los familiares tampoco dieron demasiados signos de estar nerviosos así que no supuso ningún problema para nosotros. Pero he conocido algún caso que ha implicado muchos quebraderos de cabeza para los papás…

¿Es tu caso? ¿Tu hijo/a tiene 16 meses y aún no camina? Te cuento nuestra experiencia… y, además, las ventajas de tener un caminador mayor.

Nuestra hija caminó a los 16 meses

Gateando que gatearás, nuestra mayor llegaba a todos los sitios. Nunca pusimos barreras y ella se movía por toda la casa.

Al principio, iba reptando cual soldado a la emboscada, pero un día pensamos en hacer una de esas fotos tan monas para Navidad (bebé en pañal con gorrito de Papá Noël, con el tió al lado… Lo típico) y cuando el bebé puso la barriguita en el suelo frío dio un respingo para arriba y empezó a gatear a cuatro patas. Así fue como ya empezó con el gateo clásico a una velocidad de Usain Bolt.

Llegaba donde quería, se ponía de pie y se dedicaba a manipular con ambas manos lo que le interesara… Dicho de otro modo, se quedaba de pie y jugaba; y para moverse, gateaba.

Ya bien cumplidos los 16 meses empezó a caminar. Primero distancias cortas y fue aumentando sus paseos hasta hoy.

Y la segunda va por el mismo camino…

Nuestra pequeña sigue sus pasos, metafórica y literalmente.

Ya con tan tierna edad el carácter de nuestras niñas ha “invitado” a un caminar tardío. Ambas son muy prudentes por lo que todo lo tienen que ver muy claro para lanzarse y, esto es, sin duda, una ventaja. Algunos ejemplos cotidianos y reales:

¿Qué puedo hacer si ese es mi caso?

Sobre todo con el primero da la impresión de que no avanza, de que todos caminan menos el tuyo, de que todo el mundo tiene prisa para que el niño camine, de que no se terminará nunca eso de ir con el niño cargado a la cadera mientras te paseas por casa… Pero la magia es que todos los niños sanos crecen y todos caminan aunque cada uno tiene su ritmo. Yo estoy convencida de que el carácter influye así que respetar sus tiempos y acompañarlo será una manera más de conocerlo.

 

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