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Dublín con niños

¡Hemos visitado la Isla Esmeralda (Irlanda) en familia! Teníamos muchas ganas de visitar Dublín (en realidad, desde hace varios años) y hace poco se nos ha presentado la oportunidad gracias a un intercambio de casas así que no nos lo hemos pensado y hemos pasado unos días fantásticos.

Si estás pensando en disfrutar de Dublín con tus niños te dejo unos cuantos consejos, algunos han sido gracias a familias con niños locales así que pueden serte de gran ayuda para que adultos y niños viváis Dublín a tope.

Dónde dormir en Dublín con niños

Empezamos por el alojamiento en Dublín. En nuestro caso ha sido fantástico: ¡gracias familia! Si aún no te has animado al intercambio de casa verás que en la Loca Academia Familiar somos realmente fans  de este tipo de viajes por la comodidad, por las oportunidades, por el precio… sólo le vemos ventajas. 🙂 Descubre aquí nuestra experiencia.

Si vais a estar un fin de semana largo o un puente puede que la opción de un hotel os parezca más cómoda, sí que es importante que  el alojamiento en el mismo centro de la ciudad.

Por otra parte  si viajáis en familia alquilar apartamentosiempre aportan un extra de comodidad y espacio. Aquí os dejo un enlace de Booking.

 

Qué ver en Dublín con niños

En la misma Dublín hay infinidad de opciones para visitar y disfrutar con los niños, desde parques infantiles al museo vikingo pasando por pastelerías…. Nosotros estuvimos dos días visitando el centro de la ciudad y nos dejamos algunas cosas por ver. Nos quedan para la siguiente visita, así seguro que volvemos.

Como en la mayoría de ciudades que visitamos, lo que nos ha gustado realmente del lugar no son sitios concretos sino lo que se puede vivir, lo que se ve diferente, lo que aprendes… Pasear por el centro de Dublín, visitar las catedrales que vas encontrando en el recorrido, aprenderte la canción de Molly Malone y cantársela y encontrar lugares escondidos son los mejores recuerdos que nos han quedado.

 

Castillo de Dublín

Este castillo nada tiene que ver con los castillos que habíamos visitado en Edimburgo . En este caso es un castillo «más actual». Su encanto reside en las salas que han mantenido la decoración de antaño. Nuestras niñas quedaron encantadas con la sala de reuniones llena de sofás majestuosos y pinturas de damas y caballeros, durante la visita bailamos en la amplísima sala de baile y nos imaginamos cómo sería la vida en ese lugar y en ese tiempo.

Comimos en los fantásticos jardines y dejamos volar la imaginación, pensando en si nosotros seríamos damas, caballeros, acompañantes de las damas, mozos de caballeriza… es uno de los muchos juegos que nos encanta hacer en los sitios que visitamos, mientras caminamos y vamos en transporte público. Nos da una perspectiva de la vida que tenemos ahora, de la vida que podríamos haber tenido si hubiéramos nacido en otro momento de la historia y, la mayoría de veces, de la suerte que tenemos de haber nacido aquí y ahora.

 

Dublinia. Museo vikingo y medieval

Muy cerca del Castillo de Dublín pasamos un buen rato en Dublinia. Un museo pensado para que los niños participen y disfruten de la experiencia. En la primera parte de al exposición aprendimos mucho sobre cómo se originó Dublín y, sobretodo, aprendimos mucho sobre vikingos y su cultura. Nos ha gustado especialmente las áreas donde se nos explicaba diferentes aspectos de la vida en un pueblo vikingo, por ejemplo, al entrar un señor nos estuvo explicando toda la armadura vikinga y como se diferenciaba de las armaduras de la misma época pero de otras culturas.

Al finalizar la exposición nos encontramos con una sorpresa fantástica: una señora ataviada de la época nos presentaba su tienda vikinga y todo lo que había en ella, fue muy amable y adaptó su explicación en inglés para que nuestras niñas pudieran entender el máximo de cosas posibles.

La segunda parte de la exposición dedicada a la época medieval es también muy gráfica y entretenida. Incluso hay una pequeña zona que simula en Dublín medieval donde estuvimos jugando un rato: me tocó ser la panadera 🙂

 

Parque Sant Estephen’s Green

Esta fue la base de operaciones. Con su lago, sus extensiones de césped y su fantástico parque infantil se convirtieron en el lugar ideal para ir a comer entre visitas, descargar energía, correr, ver ardillas…

Está muy cerca del centro de Dublín, desde uno de sus extremos discurre Grafton Street que es una de las arterías comerciales del centro: llena de comercios y lugares donde comer.

 

Paso junto al rio Liffey y Puente Ha’penny

El rio Liffey divide Dublín y discurre también por el centro de la ciudad. A lo largo del rio se han dispuesto unas pasarelas de maderas por las que pasear en familia disfrutando de las últimas horas de la tarde o tomarse un helado. Para cruzar el rio hay multitud de puentes pero el más antiguo es Ha’penny Bridge, un lugar turístico por excelencia donde hacerse la foto de rigor.

 

Temple Bar

Por supuesto, el barrio por excelencia donde todos los visitantes y los locales pueden mezclarse. Tengo que confesar que no fuimos a ningún Pub de Temple Bar, entre otras cosas porque era la primera semana que se abrían después de las restricciones debidas a la pandemia de COVID así que aún había aforo limitado.

Sí que paseamos por sus calles y nos explicaron por qué el suelo se asfaltó con chapas de cerveza incluidas, vimos varias librerías del barrio y nos compramos unos pasteles en «Queen of Tarts» que nos comimos rícamente de postre en nuestro parque.

Sabemos que nos ha quedado pendiente de Dubín centro visitar Phoenix Park y la cárcel de Kilmainham. En el primer caso quedaba en dirección contraria a nuestro alojamiento y decidimos visitar otros parques que ahora te explicaré y en el segundo caso aún había limitación de visitas por COVID.

 

Qué visitar y excursiones con niños en los alrededores de Dublín

Gracias a la red de tren del área metropolitana de Dublín todos los lugares que te voy a explicar tienen acceso via DART (tren metropolitano). A algún lugar llegamos también con autobús por hacer la gracia de subirnos en un autobús de dos plantas.

Nosotros cuando viajamos utilizamos mucho el transporte público porque te invita a vivir más un lugar, no sólo a visitarlo. Siempre utilizamos Google Maps que, aunque a veces te haga dar un poo de vuelta, siempre llega.

 

Howth

Pueblecito de pescadores, fantástico para pasar todo el día en familia. Fue una recomendación de nuestra familia de intercambio y creo que se convirtió en uno de los mejores días de las vacaciones.

Sin duda, un lugar imprescindible de vivir si te alojas varios días en la zona. Tiene parada de DART, a unos 45 minutos de Dublín centro.

 

Nos encantó la excursión, fue una pincelada de lo que seguro tiene que ofrecernos a nivel de paisajes Irlanda. En este caso, que no teníamos coche (y no queríamos una excursión de varias horas en autocar para las niñas) fue un lugar idílico. Hicimos una excursión con las niñas que nos llevó por acantilados verdes, prados y bosques tupidos.

Y, para rematar el día, comimos  Fish and Chips. ¿qué más se puede pedir?

 

Parque Saint Anne’s Park

Alejado del centro de Dublín fuimos paseando desde nuestro casa por todo el paseo marítimo. Los prados que invitan a correr ya se habían convertido en una rutina para las niñas así que el destino quiso sorprendernos: por el paseo marítimo, paseando hacía el parque, vimos una foca nadando.

Evidentemente, nosotros nos emocionamos muchísimo aunque tengo que confesar que las personas que estamos dando su paseo matutino por la zona miraban a la foca y después nos miraban a nosotros con sonrisa indulgente… he deducido que es algo habitual en la zona.

Esta pequeña experiencia sólo tiene que animarte más a pasear por el Parque y sus alrededores que no se parecen al bullicio de ninguna ciudad grande.

Por supuesto, disfrutamos del parque infantil y comimos en unas mesas de picnic justo al lado. Confieso que no fue ningún plan espectacular pero el día fue agradable y, a la vez, sorprendente.

 

Castillo de Malahide

Otro obligado si tienes los días para visitarlo. Del Castillo de Malahide no visitamos ningún interior, sólo los exterior que ya son espectáculos por sí mismos.  Tiene parada de DART, está sólo a 30 minutos del centro de Dublín.

Empezamos por el mariposario. Ya habíamos visitado un mariposario en Almería hace unos años pero la pequeña no se acordaba así que fue una nueva experiencia para ella: perseguimos mariposas, las fotografiamos, nos fijamos como comían con sus trompas, vimos los capullos…

Seguimos por los jardines propiamente dichos del Castillo. Un lugar laberíntico lleno de vegetación para oler, observar, dibujar y tocar. Esos entornos que te invitan a jugar a superheroínas que salvan a cachorros o que luchan con malvados que quieren incendiar un árbol antiguo, hay que vivirlos al máximo.

Y, por último, hicimos la joya de la corona. Un camino de hadas que resultó ser toda una aventura para las niñas: un juego de pistas en las que tenías que ir encontrando pequeñas «estaciones» en las que las hadas tenían sus lugares de la vida cotidiana o te explicaban curiosidades sobre sus amigos insectos.

En el mismo parque donde se encuentra el castillo encontrarás un parque infantil muy completo, con juegos para todas las edades que harán las delicias de tus niños.

 

Dublín y sus alrededores son, también, un lugar para disfrutar con tus niños. ¡Aprovéchalo!

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