Recuerdo que cuando iba al colegio el verano era el momento de leer los libros que me gustaban a mí. Desde mi colegio nos pasaban un listado de recomendaciones larguísimo y de allí rescataba unos cuantos títulos que me apetecían leer.
Tantas horas leyendo de pequeña crearon el hábitos y el placer de la lectura, como ya sabes en Loca Academia Familiar la lectura ha formado parte de nuestras vidas desde el embarazo. Cada vez que me surge una duda respecto a la crianza rescato alguno de estos libros y casi siempre encuentro una o varias respuestas que me ayudan.
Traspasar el leer por placer
Quiero pasar el amor a la lectura a mis hijas que creo que el verano es el momento ideal. Por otra parte, creo que no es el momento de hacer deberes propiamente dichos pero, para mí, leer no son deberes y eso es lo que quiero transmitirles.
Durante estos meses las tardes de libros (explicándoles cuentos o leyendo los libros que les apetecen) se están convirtiendo en ratos de tranquilidad juntas y estan abriendo las puertas a nuevos juegos imaginativos que llenan las mañanas de actividad en casa.
Ahora ya tienen siete y cuatro años y estos ratos cada vez son más largos pero desde muy pequeños los libros pueden formar parte de su vida diaria. No es necesario que sepan leer para disfrutar de un libro y de sus historias. Además de leerles en voz alta cuentos cortos, hay varias colecciones de libros pensados para los más pequeños y que relatan historias sin necesidad de letra, un ejemplo claro es la colección de Libros de las estacionesque ya se ha convertido en un clásico en casa.
A medida que se van haciendo mayores ir introduciendo cuentos clásicos puede ser una gran opción para empezar a conocer las letras e ir introduciéndose en el aprendizaje de la lectura. Ya sabes que a los niños pequeños les encanta repetir y repetir, leer historias que ya conocen les da seguridad.
En este caso una de las últimas adquisiciones son “Los músicos de Bremen” de la Editorial Castellnou. ¿Puedes creer que no recordaba su argumento original? Una de las cosas que me encanta de tener niñas es que ahora vuelvo a recordar cuentos clásicos que ya parecían olvidados (queda algún reducto en mi memoria).
Gracias a libros como estos el verano se convierte en el momento de reforzar lectoescritura sin ser “deberes aburridos” sino descubriendo o redescubriendo las historias que ya me gustaban en mi infancia.
Para mí disfrutar del verano y disfrutar de leer en verano, son recuerdos inolvidables que guardo con cariño. Espero que con las primeras lecturas y los cuentos pueda trasmitir estas sensaciones a mis hijas.