El otoño es tiempo de toses y mocos. ¿Cuántas horas de sueño nos habrán quitado al final los constipados de nuestros hijos? El problema llega cuando un simple resfriado se convierte para un bebé en una bronquiolitis. Y si se trata de un bebé recién nacido es posible que sea un ingreso hospitalario de unos cuantos días.
En la Loca Academia Familiar somos dos mamás y ambas hemos tenido bebés que han sido ingresados en el hospital por bronquiolitis siendo MUY pequeños (y siendo ambos segundos hijos). Si estáis en un caso similar, esperamos que este post con nuestra experiencia os sirva para tomar consciencia, ver que es una situación habitual por la que han pasado otras familias y conocer trucos para evitar el resfriado y la bronquiolitis en los bebés recién nacidos o de pocos meses.
Primero… ¿Por qué los bebés pequeños tienen bronquiolitis?
Porque los bronquios de los bebés son tan finos, tan estrechos, que en seguida estas vías respiratorias quedan afectadas, y esto les impide respirar correctamente y conseguir sacar el moco de estas vías. De ahí la complicación de la bronquiolitis y la importancia de que se trate desde el hospital. Allí, podrán controlar el nivel de oxígeno en sangre y ofrecer medicación a través de las vías respiratorias para abrir los bronquios y asegurar que respire bien.
Podéis leer información oficial de pediatras sobre el virus VSR de la bronquiolitis en este enlace de HealthyChildren.org.
¿Por qué los segundos hijos son más propensos a tener bronquiolitis?
Porque se contagian de cualquier resfriado o virus de guardería del hermano mayor. Lo que sería un simple resfriado para un adulto o para un niño de 4 años, puede contagiarse en un bebé recién nacido en forma de bronquiolitis. Para el bebé contagiado es fácil que el virus baje en pocos días hacia las vías respiratorias bajas: bronquios.
En nuestro caso, nuestros dos bebés eran segundos hijos. Mi hija tenía solo 9 días cuando la ingresaron por bronquiolitis. Y el hijo de Roser tenía 1 mes y medio. Y en ambos casos había una hermana mayor en casa en edad de guardería que traía todos los virus y mocos a casa. Los segundos hijos enferman más, eso segurísimo. En otro artículo escribimos en su día (con clave de humor de nuestra propia experiencia) una «guía para padres histéricos de hijos nacidos en otoño» ( y podría ser «de segundos hijos nacidos en otoño – invierno).
La bronquiolitis representa cada año una epidemia. Hay muchísimos casos de bronquiolitis en bebés y niños pequeños y centenares de ellos pasan por ingreso en el hospital. En diciembre 2017, por ejemplo, solo en Catalunya hubo 500 casos de bronquiolitis en menores de 1 año hospitalizados (y 80 de ellos en la UCI).
El ingreso en el hospital por bronquiolitis
Cuando tienes un bebé recién nacido o de pocos meses y el pediatra te dice que os ingresan en el hospital, se te cae todo encima. Recuerdo el momento exacto en el que nos dijeron que había que ingresarla: los dos sentimientos que me invadieron fueron culpa y pánico. Un miedo horrible porque los casos similares de tan pocos días que yo había conocido habían tenido ingresos muy duros, aunque con buenos finales. La culpa de no haberlo visto antes, de no haberlo previsto, la culpa de tener que dejar a la mayor cuando hacía tan poco que había nacido su hermana…
Si estás en este punto, tranquila. Piensa que mejor que esté controlado con el personal del hospital que no solos en casa viendo como el virus va en aumento 48h y a tu bebé empieza a costarle respirar.
Si estáis con lactancia materna, el ingreso es para bebé y madre. Los dos. Y será para varios días posiblemente. Si es virus, serán 4 días mínimo (normalmente 2 de subida y 2 de bajada) y es habitual que sea una semana de ingreso hospitalario o incluso más. Paciencia. Normalmente hasta que no ven que llevas más de 24h sin fiebre no te dan el alta.
¿Qué hacer para evitar la bronquiolitis? ¿Hay trucos para evitar el contagio?
No es garantía 100% pero esto es lo que nos recomendó el pediatra para no recaer en una nueva bronquiolitis. Ojalá que os sirva para frenar la bronquiolitis.
- Evitar en época de otoño/invierno los sitios cerrados con mucha gente como: centros comerciales, chiki-parks, salas de espera, ludotecas… Hay mucha gente allí, muchos virus y poca circulación de aire. Mejor que estéis fuera, en el aire libre (bien tapados, eso sí).
- Hacer lavados nasales frecuentes con suero. Idealmente, por la mañana y por la tarde, a diario. Y en caso de resfriado, más a menudo, cuando veamos que tiene mocos. Cuando son pequeños no saben mocarse así que necesitan el lavado nasal para sacar el moco (tragándoselo o que salga por la nariz). Con las vías respiratorias altas limpias de mocos, aseguramos que el moco no baje a vías respiratorias bajas (bronquios y pulmones). En este otro artículo os explicamos con detalle paso a paso cómo hacer un lavado nasal.
- Lavar las manos con frecuencia antes de tocar al bebé. Si hay un hijo mayor en casa, que se lave las manos al llegar a casa del colegio. Sería una buena norma para cualquiera que llegue a vuestra casa de fuera y quiera coger al bebé.
- Una solución para ir sobre la marcha es llevar en el bolso una botellita de jabón líquido stirilium antiséptico. Para así poder lavar las manos al hermano o a nosotros mismos en cualquier lugar.
- Otra buena opción es que el hijo mayor se duche al llegar a casa de la guardería. Así, hay lavado general y cambio de ropa.
- Si alguien (un familiar) está resfriado, mejor que no coja al bebé. El pediatra mismo me lo decía: «que se espere unos días; un simple estornudo puede contagiar a un bebé recién nacido». (nos lo decía sobre todo porque nuestro bebé acababa de salir de una bronquiolitis y podía recaer fácilmente).
- Evitar los espacios de humo. El humo agrava mucho la bronquiolitis y cualquier enfermedad respiratoria. Si alguien fuma en casa, ventilad muy bien.
- La fisioterapia respiratoria también ayuda a sacar mocos y que los resfriados no vayan a más (evitar no solo que afecte a los bronquios, también evitar otitis, sinusitis, etc). Podéis leer nuestra experiencia con la fisioterapia respiratoria aquí.
¿Cómo sé si tiene bronquiolitis? ¿Cómo detectarla?
Suele conocerse por la tos. Tosen mucho, a menudo, e incluso puede costarles respirar. Nos mostraron como las costillas se hunden mucho más de lo normal al respirar porque tienen que hacer mucho esfuerzo para coger aire. Ante cualquier duda, id al pediatra a que asculten y os digan pronóstico. Y, de nuevo, en este enlace oficial de Healthy Children os cuentan más detalles de cómo detectarla.
Nuestras dos experiencias con bebés y bronquiolitis
Con nueve días nuestra pequeña empezó a dormir y comer, durante 12 horas no se despertaba sola ni se mantenía despierta cuando la movíamos. Le oíamos un poco de sonido al respirar pero nada exagerado, fuimos al pediatra del CAP que nos envió al hospital de tercer nivel.
Mi vivencia como madre fue simplemente estar aterrada durante cinco días. En el momento del ingreso nos comentaron que aunque en ese momento estaba estable pero que el pronóstico era que empeorara en las siguientes horas porque era muy pequeña así que, básicamente, nos ingresaron en una habitación «a esperar que le costara respirar».
Estuvimos cinco días esperando. Cada día la auscultaban y nos decían que seguían oyendo los sonidos asociados a la bronquiolitis pero no en exceso; se mantenía estable, había que seguir esperando. Finalmente, los sonidos desaparecieron y nos fuimos a casa.
En el caso de mamá Roser, su hijo de un mes y medio empezó a tener mucha tos. El pediatra les recetó el ventolín y parecía que mejoraba pero finalmente, de repente, al cabo de unos días empezó con fiebre a 38,5º. Como era viernes, el pediatra les mandó al hospital para hacer una prueba del virus de la bronquiolitis. En urgencias confirmaron bronquiolitis y les ingresaron para que pasaran las «peores horas» del virus con el personal médico al lado. (subiría la fiebre y le costaría respirar, nos dijeron).
Los dos días siguientes, efectivamente al bebé cada vez le costaba más respirar. Le medían el oxígeno en sangre muy a menudo y le daban salbutamol por inhalación con una máscara especial del hospital que es algo mejor que el habitual ventolín. Incluso un par de veces le tuvieron que poner en una campana algo más grande para que respirara salbutamol durante un buen rato. Fue algo engorroso todo porque le pusieron una vía para administrarle antibiótico (temían que pudiera ser una infección).
Pasadas 48-72h el virus fue a la baja y se notó mucho la mejora. Siguió con medicación. 5 días más tarde salían con el alta bajo el brazo y un niño muy valiente que había aprendido a sonreír 🙂
De todas las vivencias hay que sacar algo positivo, ¿verdad? A los nueve días de haber parido, es decir, con un desequilibrio hormonal y físico aún a flor de piel enfrentarse a un ingreso del bebé fue un reto.
Yo aprendí que nuestra hija es más fuerte de lo que pensábamos. Haber superado una bronquiolitis sin tratamiento, con sólo nueve días, fue una demostración de los bien que funcionaba su sistema inmune 🙂 Esta reflexión llegó varias semanas después, cuando mi miedo empezaba a disminuir.
El tiempo lo puso todo en su lugar. El siguiente otoño se reavivó un poco el miedo cuando llegaron los mocos estacionales, pero no hubo recaída así que ya fue quedando un poco en el olvido.
Gracias por tu aportación. Mi hija está ahora con un mes en el hospital con bronquiolitis. Espero que pase todo pronto.
Uuuufff, te mando muchos ánimos. Se pasa mal en el ingreso cuando son tan pequeños pero seguro que estará bien atendida. Espero que salgáis pronto y se recupere en breve! 🙂
Valientes bebés mi bebé también fue internada con 19 días de nacida fue una experiencia muy dolorosa pero con la ayuda de Dios y los galenos todo salió bien