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Los Talleres del Niu de Andromines, en Olot, molan mucho. Y hace poco en uno de sus talleres descubrí cómo hacer botellas de la calma 🙂 Y desde entonces, ¡no puedo parar! Se ha convertido en una de mis manualidades para niños favorita y a mi hija parece que también le gusta participar en su creación 🙂
En este post os cuento cómo hacer boellas de la calma, quizás las botellas sensoriales más conocidas de todas las que hay.
Si quieres saber más acerca de las botellas de la calma o botellas sensoriales, te cuento en este artículo:
- qué son y para qué se utilizan
- dónde puedes comprarlas ya hechas y bien bonitas
- y, lo mejor, cómo puedes crearlas tú mismo/a en tu casa, con tus niños! 😀 ¿Listos? ¡Empezamos!
¿Qué son las botellas sensoriales o botellas de la calma y para qué se usan?
Son un recurso Montessori para ayudar a calmar a los niños que se ponen nerviosos o se enfadan. Es una botella de agua que contiene esencialmente purpurina y funciona bien para ayudar a los niños a calmarse solos, mientras miran el frasco de la calma y esperan a que todo se detenga. Si queréis saber qué beneficios tiene el Método Montessori en los niños leed esta entrevista.
La botella agitada (con todo moviéndose por el agua) es un símil con lo que ocurre en la cabecita del niño enfadado/nervioso, donde todo va a mil por hora, todo se mueve de forma descontrolada, todo va muy rápido y apenas podemos ver qué pasa.
Cuando pasan 2-3 minutos, todo el interior de la botella va volviendo a su estado inicial, ya nada se mueve y podemos ir viendo con claridad qué hay dentro del agua. De la misma forma, el niño enfadado que se queda quieto, en calma, en unos minutos va relajándose y luego lo ve todo más claro. Funciona como terapia para los niños y les ayuda a entender sus emociones.
¿Se pueden comprar botellas sensoriales ya hechas?
Ya os aviso que a pesar de que son muy fáciles de hacer, el resultado «perfecto» es algo complicado de conseguir. Requiere ir haciendo tests y ensayos para ir probando la densidad con las cantidades de materiales y líquidos.
Si queréis tener botellas de la calma «perfectas» mejor que las compréis 😉 Dolors, de Andròmines, las hace preciosas bajo la marca Petit Boum.
Estas botellas de la calma o botellas sensoriales son un regalo muy bonito y original para hacer a un bebé o a sus padres 🙂 Otras ideas de regalos originales que no sean juguetes.
Si, en cambio, os pica el gusanillo probar de hacer botellas sensoriales en casa y no os da miedo el resultado (ni tener que pasar la aspiradora después), adelante seguid leyendo! Un poco más abajo os cuento mi «receta» paso a paso para crear preciosas botellas de la calma personalizadas a vuestro gusto.
Cómo hacer botellas de la calma
Si prefieres hacerlas tu mismo/a, sigue leyendo! Te cuento primero los materiales que uso yo y luego paso a paso cómo hacerlas.
Materiales para hacer tus botellas sensoriales (una manualidad apta para niños)
- Botellas de plástico transparentes.
- Glicerina: la podéis comprar en cualquier farmacia; si pensáis hacer al menos 4-5 botellas, comprad una botella de glicerina grande o directamente dos botellas pequeñas. (Un litro sale más a cuenta que medio litro. A mí me costó 12€ un litro; …..y 5€, 150 ml). También tienen glicerina en las pastelerías. Como dato curioso: el litro de glicerina lo podéis aprovechar para hacer burbujas de jabón 😉
- Agua destilada: sí, destilada, porque el agua mineral acaba creando hongos dentro de las botellas.
- Cosas para decorar las botellas: lo que queráis que sea sólido, que no pese mucho y que tenga diferentes colores. Son buenas ideas: las bolas de fieltro de colores, los pequeños cascabeles, piezas de joyería, bolitas de plástico… No pongáis cosas que se deshagan porque os ensuciarán el agua y quedará oscura.
- Purpurina de colores o plateada.
- Colorante para colorear el agua.
- Necesitaréis un embudo.
Para los que vivís en Olot, buena parte de los materiales (incluyendo botellas de plástico, bolitas de fieltro y demás chismes para poner dentro) pueden encontrarse en la tienda de Andròmines. Y hasta aquí la «publicidad» para mi espacio lúdico favorito de Olot 😉
Guía paso a paso para crear botellas sensoriales
Es para mí una de las mejores manualidades para hacer con niños. Es fácil de hacer (con un adulto al lado) y pueden hacerla prácticamente de principio a fin, consiguiendo un resultado 100% hecho por ellos con el que podrán jugar por muuucho tiempo.
Importante: los niños deberían tener buena motricidad fina para coger cosas pequeñas y que sean suficientemente mayores para no meterse nada nada en la boca (riesgo de atragantamiento). Ideal para mayores de 2 años y medio o 3 años.
¿Preparados? Vamos al tema! 🙂
1) Preparad los materiales en una mesa y colocad las decoraciones en pequeños platitos o en vasitos de chupito para que el niño/a pueda verlos e ir cogiendo lo que quiera.
2) Coged una botella de plástico vacía y echadle las cosas para decorar que queráis. Este es el momento que disfrutan más los niños; dejad que ellos elijan qué quieren poner dentro 🙂 No la llenéis mucho. Poned pocas cosas y variadas.
Las bolas de fieltro de diferentes colores y tamaños quedan muy bien (sobre todo las pequeñas). Podéis añadir abalorios de joyería pequeños o bolitas de plástico o botones… Lo que queráis, pero que no pese mucho. Llenad más o menos dos dedos, un par de centímetros máximo.
Algo que también queda muy bien son las bolitas de gel para plantas (pueden ser transparentes o de colores). Esas bolas que cuando las sumerges en agua, se hacen grandes y son agradables al tacto. Comprad las que no son tóxicas por si los peques las quieren tocar (que querrán seguro….). En ese caso, lo chulo es llenar la botella de bolas de gel. O sino otra opción es poner unas pocas dentro de una botella con otros materiales decorativos.
3) Cuando tengáis los materiales dentro, es momento de meter la glicerina. Y aquí está lo complicado. La glicerina hace que las cosas floten luego en el agua. Pero depende de la cantidad de glicerina y de los materiales que hayáis metido, la densidad variará. Por eso, no hay forma de deciros cuál sería la cantidad correcta de glicerina. Yo, por norma general, pongo 1 dedo de glicerina como máximo. Si luego al añadir el agua, veo que no flotan los materiales, le añado un poco más.
A más materiales (o más pesados), necesitaréis más glicerina. Si, por el contrario, habéis puesto solo bolas de fieltro (que no pesan nada), necesitaréis muy poquita. Si ponéis cosas variadas (bolas de fieltro que pesan muy poco junto con botones que pesan un poco más) veréis que una vez hecha la mezcla con agua, hay cosas que quedan arriba y otras abajo.
4) Luego, en un recipiente aparte, meted agua destilada suficiente para llenar la botella. Y añadid una gota del colorante que queráis. Digo una gota porque, para tan poca cantidad de agua, con una gota basta 🙂 Ya lo veréis. Dejad que mezclen los niños; alucinan cuando el agua cambia de color! Y cuando hacen azul+amarillo=verde, o azul+rojo=lila, todavía alucinan más! Es mágico!!!
5) Con el agua coloreada, llenad la botella de la calma con la ayuda de un embudo. Llenadla hasta arriba, dejando solo un poco de espacio para añadir la purpurina. Para la purpurina, no hay cantidad «correcta», pero si ponéis una capa (que cubra el agua) queda bien 🙂
6) Con todos los materiales, glicerina y purpurina dentro de la botella, deberíais tener el líquido a punto de salir. Si no es así, meted más agua. Tiene que quedar a tope.
7) Y ya lo tenéis! Poned el tapón y mezclad. Ta-chán!!! Veréis que los materiales nadan dentro del agua a diferentes ritmos, como bailando — la purpurina queda mágica 🙂
Es el momento de decidir si os gusta el resultado o queréis añadir algo más (¿más materiales, más colorante, más purpurina?).
Cuando os guste como ha quedado, poned pegamento Loctite dentro del tapón y cerradlo «para siempre» (por seguridad para evitar que algún niño lo abra y se lo trague).
¡Qué vaya bien! 🙂 Si queréis ver más manualidades para hacer con niños, como por ejemplo un cesto de los tesoros, podéis leer otro artículo pinchado aquí.
Me encanta la idea y me ha quedado muy claro como hacelo. Lo haremos seguro!
Hola me encantaría hacerlo con purpurina, pero me gusta que caiga toda la purpurina al fondo y no quede flotando en la parte de arriba. ¿Hay algún truco para esto? GRACIAS
Hola María, pues supongo que si no le echas glicerina no flotará 🙂 No lo he probado nunca, pero a priori la glicerina hace que las cosas floten. A menos glicerina, menos flotan.
Muy buen artículo, muchas gracias!